Una reconocida actriz de teatro, Elisabeth Vogler, deja de hablar inexplicablemente en plena representación. Su doctora diagnostica que no tiene ninguna enfermedad, pero ella decide seguir en silencio.
Con Alma, la enfermera que la cuida, se traslada a una casa solitaria en la playa. Alma intenta comunicarse con ella y, para establecer algún tipo de vínculo, le habla sin parar y le descubre algunos de sus secretos más íntimos.
En poco tiempo la relación entre las dos mujeres se transforma. Como en un espejo se funden los cuerpos, se absorben los sentimientos y se transforma la relación de dominio en una relación de identificación.
Dentro del Grec Festival Barcelona nos encontramos esta obra intimista basada en la película de Ingmar Bergman, Persona.
Un escenario prácticamente desnudo recibe a las dos artistas que tienen ante si un difícil papel. Una, Marta Marco, por la cantidad de texto a recordar y la carga emotiva que lleva consigo y la otra, Mònica López, por tener tanto que decir sin poder pronunciar una sola palabra en casi todo el espectáculo.
Dos mujeres desconocidas que no tienen otra solución que convivir, que compartir momentos durante las veinticuatro horas del día, una contando su vida, sus pensamientos y todo aquello que sucede por su cabeza y la otra escuchando, asimilando y absorbiendo todo aquello que se dice... podría estar hablando con una pared si no fuese por los asentimientos, alguna risa histérica o las muchas expresiones faciales que dan cuenta de como afectan las palabras en su persona.
No es una obra fácil, hay saltos temporales, de ambientación y eso hace perder un poco la perspectiva pero creo que vale la pena ver a dos mujeres dejarse la piel en el escenario para descubrir que en el fondo podríamos ser Alma o Elisabeth.
Me gusta mucho la pinta que tiene, lástima que este tan lejos...
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