Esteban siempre tuvo una vida cómoda, jamás le faltó de nada, hasta que su familia le dio la espalda y la suerte cambió de bando.
Jorge Solís nunca fue un buen policía, aun así no le costó ascender, y con él ascendieron sus tácticas de sobresueldo.
Humberta quiso dejarse atrás a sí misma, huir de su propio ser. En el afán se convirtió en Dulce.
Santi no tuvo una infancia fácil. En el ejército encontró su vocación. No tardó en entender sus posibilidades al servicio del crimen organizado.
Cuatro historias independientes se entremezclan para urdir una novela negra, muy negra. Un relato de ritmo súbito, sin intermediarios. Y en el que iremos recogiendo las decisiones temerosas de cada personaje mientras se enfrenta a su verdad y a las mentiras de los demás.
Estilo directo, sin adornos, sin preámbulos que nos meten directamente en la acción. Si empiezas ten por seguro que no podrás dejarlo hasta terminar, no hay respiro, no hay pausa y a veces esa misma virtud se convierte en una trampa, porqué eche de menos un poco más de unión, algún pasaje que sirviera para canalizar la acción de un lado a otro. Hablando con el autor en la presentación comentaba que había buscado esa rapidez, ese ir directo sin preámbulos ni pajas innecesarias y la hace muy dinámica pero, para mi, en algunos momentos es un fallo.
Los personajes son malos, así de llano, así de simple, no encontraremos ni una sola brizna de bondad o esperanza de encontrarla; son malos en si mismos y lo peor es que ni se esconden en aparentar otra cosa, saben lo que son y están bien con ellos mismos... Además, a sus vidas les va bastante bien tal y como son así que ¿para qué cambiar?
Robos, estafas, cuadros, dinero, drogas, corrupción, sobornos, prostitutas, todo lo que se puede encontrar en el peor de la ciudad, en algunos de los sitios más inexplicables y en otros que no podrían ser de otra manera sino así. Retrata esa parte de la ciudad que no nos gusta ver, que existe pero que pocas veces miramos a la cara, desgraciadamente cada vez lo tenemos más presente pero aún así nos empeñamos en girar la cara o cerrar los ojos y esta historia te hace inevitable el mirarla cara a cara.
Cuando la leáis reservaros la mañana o la tarde entera, no la podréis dejar ir de las manos.
Los personajes son malos, así de llano, así de simple, no encontraremos ni una sola brizna de bondad o esperanza de encontrarla; son malos en si mismos y lo peor es que ni se esconden en aparentar otra cosa, saben lo que son y están bien con ellos mismos... Además, a sus vidas les va bastante bien tal y como son así que ¿para qué cambiar?
Robos, estafas, cuadros, dinero, drogas, corrupción, sobornos, prostitutas, todo lo que se puede encontrar en el peor de la ciudad, en algunos de los sitios más inexplicables y en otros que no podrían ser de otra manera sino así. Retrata esa parte de la ciudad que no nos gusta ver, que existe pero que pocas veces miramos a la cara, desgraciadamente cada vez lo tenemos más presente pero aún así nos empeñamos en girar la cara o cerrar los ojos y esta historia te hace inevitable el mirarla cara a cara.
Cuando la leáis reservaros la mañana o la tarde entera, no la podréis dejar ir de las manos.
Segunda reseña que leo hoy y de forma consecutiva. Y que hablan muy bien de este libro. Voy a tener que empezar a buscarlo.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí me dan pánico los malos puros, sin ni una gotita de humanidad. Pero un libro que te pones a leer y no paras siempre es un libro a tener en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bien lo pones, habrá que leerlo un día de estos, pero con tiempo ;D.
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