El fin del mundo V

Emprende camino siguiendo el acantilado, la olas golpeando con fuerza la ayudan a no salir en dirección contraria a la que llevan sus pies, a continuar uno detrás de otro hacia delante y no hacia atrás. En poco más de media hora se encuentra las primeras casas del pueblo, antiguas, de piedra más bien desordenada pero preciosa en su conjunto. No encuentra a nadie por el camino y se aventura un poco más, en nada ha llegado al mismo centro, está nerviosa. No creía poder llegar tan lejos pero ahora que está allí no le importa estar algo nerviosa y tener sudoración en las manos, se da cuenta de cuanto a echado de menos ese contacto, se da cuenta que cuando llegó allí buscaba soledad no un lugar donde vivir, algún sitio que le permitiera recomponer aquello que se había roto en su interior, en silencio, sin público y ahora que ya se sentía mejor necesitaba aquel contacto que tanto había rehusado al principio. Se armó de valor de nuevo y recorrió las tres calles que formaban el núcleo urbano, se cruzó con pocas personas y saludó a todas con voz queda. Llegó a la tienda y pidió el avituallamiento personalmente. Regresó al faro antes de que oscureciese. Esa noche cenó frente al mar y esta vez en lugar de ver el fin del mundo vio el horizonte que siempre había estado allí, incluso el mar aquella noche parecía mucho más calmado que otros días. Se retiró cuando la fría noche le hizo un escalofrío que la recorrió entera. Durmió y despertó tarde, no desayunó porque no tenía hambre. Ni siquiera miró si el pintor había vuelto antes de abrir la puerta para dar su paseo…

No los vio hasta que volvió de pasear o es que quizás no habían estado allí cuando se fue. Apoyados en la pared del faro tres cuadros de su casa, de ella en la linterna mirando al infinito, con tres expresiones distintas en cada uno de ellos, cada vez más sonriente como una secuencia en la que hacen reír para pasar de una tímida sonrisa a una sonora carcajada… una nota pegada en el último cuadro: ME ALEGRO DE HABERLA VISTO POR EL PUEBLO, ESPERO QUE NUNCA PIERDA ESA SONRISA. BIENVENIDA A CASA.

Y una sonrisa se dibujó en su cara.


-Fin-


Foto: Zubillaga61

Texto: Dsdmona

Safe Creative #1001305409603

7 comentarios :

  1. Aún lo estoy asimilando, mascando, disfrutando.... ya te contaré..
    Besos

    Belisker

    ResponderEliminar
  2. hum...esto...hum...sin comentarios en cuanto a que la historia se desarrolle en un faro :)

    Ciertamente a veces necesitamos aislarnos de todo, tocar fondo..y el gesto más inesperado, aún de un desconocido, es el revulsivo para resurgir. En ocasiones no hace falta decir palabras para animar, basta con estar

    enhorabuena¡¡

    ResponderEliminar
  3. Quien pudiera vivir en un farito sobre un acantilado frente al Mar...


    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Celebro que por fin, pudiera ver el horizonte...siempre estuvo allí, pero no podía verlo, tenía que pasar el duelo de la soledad para poder verlo...y pudo despertar

    besos

    ResponderEliminar
  5. donde esta ese faro? creo que yo iria.. pero sin pintor, que podria cansarse de esperar mi sonrisa.

    ResponderEliminar
  6. Ahhh!!! -sonrío- ^^ vuelvo a leerlo!

    ResponderEliminar
  7. Precioso paisaje...
    ¿sabes de donde es?

    saludos


    M.

    ResponderEliminar

 
Copyright 2013 Dsdmona .