Yo fui Johnny Thunders

Francis, Mr. Frankie, decide regresar al lugar donde vivió las primeras cosas, su barrio. Se marchó de allí persiguiendo su particular sueño de rock’n’roll, que le llevó a acariciar con la punta de sus dedos una fama tóxica y efímera. 

Ahora Francis vuelve para dejar atrás la miseria y la drogadicción pero su viejo barrio son ruinas por donde aún deambulan su padre, su medio hermana, su primera novia y algún que otro amigo. 

Francis quiere empezar de nuevo y hacer las cosas bien. El problema son los atajos, las canciones de tres minutos, la imposibilidad de olvidar quién fue. 

Para Francis la línea recta es la distancia más retorcida entre dos puntos. De momento, sus facturas y sus noches no suele pagarlas él, pero esa situación no puede alargarse mucho más. Va a necesitar algo más que promesas para salir adelante. 

Eso sí, en una ocasión fue Johnny Thunders.

Este libro cayó en mis manos de la manera más inesperada, y ha ido acumulando polvo en la estantería hasta hace unos días que decidí empezar a limpiar los pendientes.

Vivo en el Guinardó y muchas de las calles retratadas en esta novela son las que piso cada día al salir de casa.  Es bueno sentirse retratado en un libro aunque más por el ambiente que no por los personajes que en él habitan.

Empecé con mucha fuerza, Francis, me pareció un buen personaje, arrepentido de su anterior vida y que decide que a estas alturas de la historia debería cambiar para poder sobrevivir con la mayor dignidad posible el resto de sus días y si para eso debe tragarse el orgullo y volver arrastrando la cola para enfrentarse a su padre y sus reproches lo hará porqué esta vez está convencido de que el cambio es lo que más le conviene.

A lo largo de la novela Francis se va deshinchando como mis ganas de seguirle el ritmo (no deja de gustarme pero se me va haciendo algo cansino), demuestra que sus ansias de cambio y mentalidad son débiles, poco fiables y que a la primera dificultad lo echará todo por tierra. No me gustan las personas así, las dificultades han de hacer a una persona más fuerte y hay que luchar contra ellas sino siempre nos vencerán. Es el caso de Frankie (que ya no Francis), vuelven los malos hábitos, las estrategias para llegar más rápido al mismo sitio, los atajos, las malas compañías y dejar en papel mojados todos aquellos proyectos de futuro, quizás algo ambiciosos pero ¿por qué realizables?

Hay gente que cambia, hay gente que dice que va a cambiar y lo intenta hasta conseguirlo y la gente como Frankie que quiere cambiar (aunque en el fondo sabe que no podrá) y al primer revés se deja llevar por la corriente.

Es una novela cruda, las cosas por su nombre, marginal, llena de desencuentros, alguna muerte pero sobretodo de desesperanza, de sueños vacíos y de unos comportamientos poco valientes que deciden que las cosas fáciles son mejores.

Un buen descubrimiento a pesar de mi poca sintonía con el protagonista.

2 comentarios :

  1. No tiene mala pinta, pero tengo tantas parecidas pendiente que no sé si me animaré.
    Besotes!!!!

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  2. Esta línea de la editorial saca títulos bastante majos =)

    Besotes

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