Durante casi tres años, no escribí una sola línea», dice la protagonista y narradora. Se llama Delphine, tiene dos hijos a punto de dejar atrás la adolescencia y mantiene una relación sentimental con François, que dirige un programa cultural en la televisión y está de viaje por Estados Unidos rodando un documental. Estos datos biográficos, empezando por el nombre, parecen coincidir difusamente con los de la autora, que con Nada se opone a la noche, su anterior libro, arrasó en Francia y en medio mundo. Si en esa y en alguna otra obra anterior utilizaba los recursos novelescos para abordar una historia real, aquí viste de relato verídico una ficción. ¿O no?
Delphine es una escritora que ha pasado del éxito apabullante que la puso bajo todos los focos al vértigo íntimo de la página en blanco. Y es entonces cuando se cruza en su camino L., una mujer sofisticada y seductora, que trabaja como negra literaria redactando memorias de famosos. Comparten gustos e intiman. L. insiste a su nueva amiga en que debe abandonar el proyecto novelesco sobre la telerrealidad que tiene entre manos y volver a utilizar su propia vida como material literario. Y mientras Delphine recibe unas amenazantes cartas anónimas que la acusan de haberse aprovechado de las historias de su familia para triunfar como escritora, L., con sus crecientes intromisiones, se va adueñando de su vida hasta bordear la vampirización…
Si leemos el título no tenemos dudas, estamos ante una historia real, lo que nos cuenta Delphine es su propia historia, su desesperación y su frustración por no poder escribir o el miedo que sentía al tener que hacerlo pero... ¿es real en realidad? objetivamente la autora lleva más de tres años sin publicar nada, en anteriores obras ya ha utilizado la escritura autobiográfica para contar lo que ella quería pero si has leído muchas de sus obras, al menos a mi me lo parece, podría escribir ficción con la misma credibilidad que si se tratara de realidad.
Y es ahí donde me asaltan las dudas y me hace creer que he leído una muy buena obra ¿de ficción?¿autobiográfica? en realidad tanto me da... Me gusta que las historias me cuenten cosas, me transmitan aquello que la autor/a quiso hacernos creer o expresar... Si es ficción y consigue que pensemos que es realidad perfecto para ella y si en realidad es verdad se habrá quitado un peso de encima exorcizando sus demonios.
Nunca es fácil escribir sobre uno mismo, al menos a mi me lo parece, y menos si es un proceso traumático y más bien humillante como en el que estamos contando.
Además de la frustración de no poder escribir nos encontramos con una persona sometida a un control absoluto por parte de una segunda persona que en su pretendido afán por ayudar hace que la persona se vuelva totalmente dependiente y vulnerable, una obsesión que llega hasta extremos inimaginables.
Delphine delega su vida y su rumbo en las manos equivocadas, es un comportamiento bastante habitual, gente sin mucho ánimo ni autoestima sometidas a gente con gran poder de seducción, de "camelamiento" a las que al final abres no sólo las puertas de tu casa o tu amistad sino que les das la vida entera pensando en lo mucho que te están ayudando hasta le momento en que algo, alguien hace click y todo lo que veías de colores se vuelve a colorear pero del color correcto está vez.
Los maltratadores, abusadores y otras personas de mal talante tienen ese poder. Esta novela trata de eso, de su poder y de nuestra subyugación en determinados estados anímicos o personales.
Y como llevo diciendo desde que he empezado me importa bien poco si es ficción y me la han colado como realidad o es realidad como tal.