Días sin hambre

Esta primera novela de Delphine de Vigan, publicada en el año 2001 con el pseudónimo de Lou Delvig por razones familiares, cuenta la historia de una joven anoréxica de diecinueve años. 

El relato que Laure hace en su diario de un cuerpo al borde de la muerte es verosímil y perturbador. Desde las primeras líneas de la novela el lector acompaña a la joven a través de su recuperación y de su aprendizaje: volver a comer pero, ante todo, volver a sentirse poseedora de un cuerpo susceptible de despertar el deseo del otro. 

Esta novela de trama mínima es en realidad una poderosa bildungsroman, un despertar a la vida y al amor, aunque el viaje de su protagonista es interior y se desarrolla entre las cuatro paredes de un hospital. 

Después de Las horas subterráneas y Nada se opone a la noche cayó en mis manos la primera novela de esta escritora francesa y no dudé en leérmela.

De raíz autobiográfica, la novela nos cuenta la historia de una mujer ingresada en un hospital después de caer en la anorexia y apenas ingerir comida. Gracias a la ayuda de un médico que le da la seguridad que necesita para tomar ella misma la decisión de ingresar empezamos a ver una evolución en su complicado estado.

A medida que avanza la novela conocemos a las distinta personas que la acompañan en este viaje no sólo hacia la curación sino hacia el entendimiento y el conocimiento de su propio cuerpo.

Ese difícil cambio frente a ver un cuerpo que está realmente enfermo frente al espejo y reconocerlo como tal... no es fácil y con su narración nos va contando su día a día, sus avances, sus miedos, y como todo a su alrededor va cambiando a medida que ella también cambia.

Esto es una carrera de fondo y no siempre se tiene la seguridad de conseguirlo pero con los apoyos adecuados todo es posible.

Se nota que es su primer escrito pero aún así me continúa gustando mucho como escribe y como transmite esta autora.