Philomena

Martin Sixsmith es un cínico y descreído periodista caído en desgracia que, un buen día, se encuentra con la historia de su vida: Philomena Lee, una humilde pero siempre bienintencionada mujer de setenta y tantos años que se ha pasado los últimos cincuenta buscando a su hijo. 

La historia de Philomena es una que ha tratado de ser silenciada durante medio siglo y habla de cómo la estricta sociedad de la época le robó a su recién nacido y la condenó a ingresar en un convento como castigo por quedarse embarazada tan joven. 

Ahora el periodista y la anciana pero valerosa mujer decidirán unir sus fuerzas y se embarcarán en un viaje inolvidable entre dos continentes en busca de la verdad y de la justicia, y que les cambiará a ambos para siempre.

Judi Dench me gusta, me encanta y me da un poco lo mismo que haga el papel más corto de la historia con premio (Shakespeare in love), de jefa del servicio secreto británico o de vieja encantadora... 

Protagonistas contrapuestos, antagónicos diría yo... Martin no cree en Dios, es más bien engreído y superficial, apenas piensa lo que dice y tiene poco respeto por el trabajo de los demás, accede a contar la historia de Philomena porque no tiene nada mejor que hacer... Philomena es una gran devota, medita todas y cada una de sus palabras y nunca ofende con ellas, perdona aunque duela, y no tiene muy claro que deba contar su historia después de tanto tiempo...

Aún así el destino los une, buscando un camino, una verdad que hasta ahora todos se han negado a revelarle, el destino de su hijo robado, separado de su lado por estar en el sitio equivocado...

La historia sirve para conocer muchas cosas de los personajes, de sus pensamientos y descubrir los trucos que tienen para sobrevivir a sus vidas, menos bonitas y agradables de lo que aparentan... Al final, casi es lo de menos encontrar lo que iban buscando pues les ha servido para encontrarse a ellos mismos en el camino.

Quizás esperaba algo más de la película en general pero me han gustado los actores, su complicidad y la historia tierna sin llegar a ser sentimentaloide y de lágrima fácil, algunos toques de humor en los momentos más comprometidos hacen relajar la tensión.

Para una buena tarde de domingo.